Rafael Nadal cambió su manera de golpear la pelota en el primer saque y en su derecha. De esta manera, logró tener un juego mucho más agresivo, fundamental para sus victorias en canchas rápidas, en especial su conquista del US Open, el único Grand Slam que le faltaba en sus vitrinas.
El cambio en el servicio fue una leve modificación en su empuñadura, sin salir de la habitual continental para el primer servicio. Si lo observamos en el momento previo a ejecutar el saque, veremos cómo el aro de la raqueta queda totalmente perpendicular al piso y cómo, en el mismo momento, en el segundo saque, la raqueta está apenas inclinada.
Con este cambio, el español logró quitarle carga de efecto, pudiendo impactar casi plano, y los efectos jugarlos con menos rotación y, de ese modo, hacer que la pelota viaje a mayor velocidad. A esto le sumó una mayor aceleración del brazo y de la muñeca.
Por lo tanto, al pasar el aro de la raqueta más rápido en el momento del impacto la pelota sale a mayor velocidad. Así realizó mucha más cantidad de aces y de saques ganadores, logrando pasar los 210 km/h en reiteradas ocasiones. Y para el segundo saque vuelve a su empuñadura habitual para aumentar la carga de efecto y tener mayor regularidad.
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